miércoles, 6 de mayo de 2009

LA DANZA ¿EN LA EDUCACION?



Hoy en día la educación por el movimiento está a la vanguardia en las Ciencias de la Educación, incluso hay centros educativos en las que se imparte esta modalidad, lo que nos lleva a pensar en la importancia de la danza en la educación, ya antes, hace mucho tiempo en nuestra cultura andina, en el incario había una fiesta llamada El Huarachikuj, sometiendo a mozos de 9 a 14 años a diferentes pruebas en las que debían demostrar sus destrezas en diferentes acciones ya trepando, lanzando, defendiéndose y sobre todo danzando, para ser considerados como miembros del ejército, lo que constituía un ascenso en su escala social, evidentemente antes de dicha prueba, tenían que haber recibido una adecuada preparación dada por sus padres, amigos, etc. habida cuenta que no existían centros de preparación, ni academias, pues los yachayhuasis, eran solo para la nobleza.
Colegimos entonces, que la enseñanza por el movimiento y la danza eran importantes en la formación de los jóvenes de esa época, y era la única forma de educación que recibían, de allí su importancia en nuestra cultura pasada.
Hoy en todos las I.E. privadas y estatales, la danza folklórica se enseña, sí; pero no como un medio de formación sino tan solo se les instruye en movimientos, pasos y mudanzas coreográficas y de allí no se sale.
Es decir se les prepara para un festival mal llamado concurso, cuyas “bases” lucen rimbombantes “fines” usando palabras como “rescatar”, “difundir”, “defender la identidad”, “orgullo por lo nuestro” etc., siendo otra la verdadera intención; para ello contratan profesores de danza -así los llaman y así se hacen llamar- que constituyen un gran número, debido a la gran cantidad de colegios y por ende de aulas; pues existen en casi todos los centros estatales y privados de nuestro país. Incluso es parte de la oferta que presenta el colegio para captar alumnos, pero casi todos tiene el mismo fin: recaudar fondos para la compra de un equipo de sonido, una computadora u otras cosas que hagan falta en esos centros.
Los "profesores de danzas", contratados para el efecto, en su mayoría no son especialistas, ni son docentes, son casi todos bailarines o aficionados a la danza folklórica y casi siempre son parte de un grupo de danzas folklóricas, y si a esto le agregamos el poco tiempo de preparación, que no favorece el desarrollo psicomotriz, ni enriquece la cultura de nuestros hijos, pues simplemente les enseñan un conjunto de movimientos sin ningún fin, tan solo el de imitar los pasos de la danza y si nos damos cuenta que estos “cursos” no están articulados con la currícula del Centro Educativo, veremos pues que el problema se agrava.
Sin embargo, ya que la responsabilidad según “las bases” del “importante evento”, está en los tutores quienes deben contratar a los profesores de danza, por eso algunos evaden esta tarea, y finalmente solo reprisan el programa del año anterior y salen del paso, aesto se limita su "loable" labor.
Y si por ahí alguna autoridad es invitada, ésta tiene que hablar, ya inaugurando o en la premiación del evento, deshaciéndose en elogios al director, a los alumnos y padres de familia “que han desplegado grandes esfuerzos”, “que luchan por nuestra identidad” etc.
Pasados los efectos del concurso, ya casi nadie se acuerda de éste y a otra cosa mariposa; eso sí, los alumnos ganadores reclaman que les aumenten los “puntos” que les prometieron en el curso de Educación Física o de Ciencias Sociales, y así acaba la historia de la “Difusión del folklore” en las Instituciones Educativas.
Es que el problema no son los directores ni profesores que al fin y al cabo actúan de buena voluntad, es al Estado a quien no le interesa que se difunda este arte, y esto lo decimos entre otras cosas, porque en el Perú no encontramos más que una sola institución que enseña y capacita en la enseñanza de folklore a los docentes y esa es la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a través de su Escuela de Capacitación del Centro de Folklore. Pues la Escuela Nacional de Folklore simplemente es un instituto pedagógico en la que se dictan algunos cursos de folklore, pues en su currícula de enseñanza es decir del 100 % de cursos solo el 60 % corresponde a enseñar danzas es decir pedagogía de la danza, coreología, etc. el resto son cursos de Matemáticas, Ciencia Sociales, etc., es decir un futuro profesor de danzas solo recibe un porcentaje de esa especialidad, es como si un médico recibiera solo un porcentaje de cursos de Medicina y los demás cursos serían de Contabilidad, Ingeniería, etc., ¿Usted se atendería con ese doctor?, la respuesta es evidente.
Otro punto importante que debemos observar es ver el contenido de la currícula de los cursos de Educación Artística, de Educación Física y de Ciencias Sociales cuyo contenido apenas toca, tangencialmente el folklore, si los toca o los ignora como en Educación Física, y aquí vuelvo a lo que al inicio indicaba; debemos a través de nuestra riqueza cultural mal llamada folklore, educar a nuestros hijos; es decir, entroncar en la currícula de enseñanza esta ciencia, así lo reclamaban el ilustre José María Arguedas, Roel Pineda y el Dr. Morote Best, y verdaderamente valorar nuestra cultura ancestral y difundir planificadamente este verdadero tesoro que muy pocos ostentan, es decir otros países, no tienen una cultura ancestral vívida como la nuestra, que nos recuerda ese glorioso pasado, que aún pervive y que se manifiesta en cada festividad de esta cara tierra, y si decimos quererla, corre por nuestra cuenta preservarla.
Porque la globalización, al envolvernos en su remolino modernizador, lamentablemente va matando esas manifestaciones del pueblo que también se va modernizando y va asumiendo la tecnología.
Los factores por los cuales aún se manifiesta el folklore se están perdiendo, amén del impacto social que hoy se observa en las nuevas generaciones que son los herederos de los ayer migrantes y que han cambiado la faz de la capital, obligándonos a revisar los conceptos sobre folklore, porque nuevas manifestaciones culturales han nacido y hay una mezcla de todo con todo.
Hoy más que nunca cobra vigencia ese dicho del gran Ricardo Palma que nos decía que “Quién no tiene de Inga tiene de Mandinga”, y creo que ese enunciado queda muy pequeño para abarcar lo que queremos decir.

4 comentarios:

  1. Bueno amigo Ruben, tienes mucho de cierto en tu articulo publicado, pero hay un par de cosas que no congenio con tu pensar, no creas que es sobre la Escuela, pues tambien tienes razon y en mucho sobre los cursos que se dictaban dentro de ella, desde el tiempo en que ingrese hasta que me gradue no vi un cambio favorecido en nosotros los docentes para formarnos de una manera adecuada, pero ahora si veo una mejora educación no tanto academica sinó constructiva para nuestra formación como docentes en folklore, aunque dices que los concursos tuvieron otros fines escondidos, tambien tuvieron otros logros obtenidos, pues si hubo identificación, hubo reforzamiento ritmico no tanto en sus movimientos sino como tambien en su ritmo de vida mejorando su orden y estilos de vida, hasta hubo aplicación de valores (esto depende de que profesores los instruyan), osea una con otra, es dificil hoy en día encontrar una manera justa de establecer y denominar como se llame institucion, universidad, escuela, etc... que se enseñe nuestro folklore de manera parcial, no denomines a una sola pues hay muchas que con gran esfuerzo tratan y mejoran nuestra comunicación corporal como mensaje de nuestros pueblos, y en la Escuela no se enseñaba antes solo el 60% de su pedagogia, Yo como testígo y estudiante se enseñaba el 80% (obivamente no llegabamos al 100%) pero no antepongas palabras que aun no hayas investigado y que de seguro otros te lo hayan mencionado, esta pelea de la San Marcos con la Escuela viene desde hace ya mucho tiempo quizas por fines económicos o académicos pero de lo que si es cierto y lo que aqui prevalece es por fines extrategicos de propaganda y beneficio para cada uno... respetemos el trabajo que cada institución ejerce en sus labores, valorando y haciendonos responsables de la educación de nuestros hijos y alumnos, en ves de criticar y bajonear proyectos educativos que promueven nuestro arte y nuestras manifestaciones culturales, no soy enemigo de nadie solo manifiesto mi opinión y espero algun día dialogar como docentes profecionales este tema que se, a todos nos interesa.

    Atte.

    Prof. Juan Retamozo

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  2. jajajajjajajajjajajajajjajjajjjaa

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  3. Upss, perdon por la risa xd

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  4. En serio gracias, me ayuda mucho en mi proyecto! :D

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